El reconocido arpista de Las Compañías Ociel Ortiz sigue brillando en el arte del arpa paraguaya, esta vez desde el área académica. Asegura que está cumpliendo el sueño de traspasar sus conocimientos artísticos a jóvenes del barrio para que continúen con una tradición que él comenzó- pionero en la región- en el año 1976 y que está próxima a cumplir 45 años carrera musical ininterrumpida.
En esta ocasión fue la primera jornada de Sesiones Musicales que está organizando la Casa de la Cultura de Las Compañías durante esta semana, la cual fue apoyada por la Municipalidad de La Serena, para ser publicada en diferentes plataformas de redes sociales como forma de incentivar entre la población el gusto por la música, la cultura y el arte en tiempos de pandemia.
Álvaro Valero, encargado de la repartición municipal valoró el esfuerzo “del maestro Ociel por impulsar el arte del arpa en los menores. Con él y su semillero quisimos dar inicio a las Sesiones musicales que vamos a transmitir por las diferentes plataformas de la Municipalidad de La Serena. Don Ociel Ortiz es nuestro amigo y un colaborador al que estimamos bastante por su trayectoria artística y como vecino excelente”,resaltó.
De la misma forma Valero adelantó que apoyarán fuertemente la celebración de sus 45 años de carrera artística “y esa es la forma de poder retribuirle el cariño y la admiración que le tenemos a él, por ser parte de Las Compañías y un colaborador desinteresado con nosotros en el área de la cultura lo que nos hace sentir orgulloso de pertenecer a este sector”.
EN NOMBRE DEL PADRE
Ociel Ortiz Cortés, hijo (11 años) está siguiendo los pasos de su padre. Incluso, sus esfuerzos están direccionados en continuar con el legado de su progenitor. “Mi papá es muy conocido y siempre lo he visto tocar y cuando vi el nombre de él en un arpa que trajo de Paraguay le prometí que lo superaría para poder tener este instrumento, por eso ahora estoy practicando”, confiesa con admiración y cariño al término de la presentación del músico serenense.
El muchacho también tiene sus propios sueños, nos cuenta que “la idea es viajar por el mundo tocando el arpa y puedan observar que es un instrumento maravilloso”; tal como la hace su padre.
Otro de los jóvenes arpitas es Benjamín Gallardo; está próximo a cumplir 12 años y derrocha personalidad. Se explaya en precisar que lleva cerca de un año ensayando y reconoce que le llamó la atención cuando lo vio actuar al maestro Ociel en una actividad religiosa, "y escuché un maravilloso instrumento que es el arpa, me motivé y me gustó. Luego le preguntó a mi madre si yo quería aprender. La primera interpretación que aprendí fue la cueca y me emocionó mucho ese día”, enfatiza Bejamín que no descarta seguir una carrera profesional ligada a la música, “y me especializaría más en el tema del arpa. Mis sueños es ser un gran arpista y emprender un viaje por todo el mundo. Conocer distintos lugares, culturas e interpretar distintas canciones”.
Francisco Rivera, también forma parte del semillero de la presentación del reconocido arpista Ociel Ortiz. El muchacho cuenta que su encuentro con el arpa fue simbólico luego que se concretó en la localidad de Tres Cruces, comuna de La Higuera donde se desarrolló una feria costumbrista como recuerdo del pueblo que ya no existe. “Mi abuelito igual vivía en el lugar, le compré un CD y ahí salía su número y nos juntamos. Le dije que deseaba aprender y comenzamos a ensayar. Lo malo que tenemos en Chile es que en el Conservatorio de Música está el arpa clásica y no el arpa paraguaya. Me gusta y nunca pensé que aprendería a tocar este instrumento, pero con el tiempo he ido aprendiendo otras cosas como la composición, las maderas, cómo se fabrica e igual ese tipo de cosas va de la mano con el cariño que uno le tiene a esta actividad”.
Mientras tanto; algo emocionado, Ociel el maestro de estos nuevos arpistas de la comuna; no esconde la satisfacción que le provoca la concreción del semillero de arpistas, a pesar que reconoce que en varias oportunidades presentó proyectos para intentar concretar alguna academia. “Siento decirlo, pero no he tenido respuesta, por lo tanto tomé esta iniciativa por mi cuenta y buscar talentos entre quienes deseen incursionar en el arte del arpa. Los integrantes se han acercado a conversar, mirar el arpa y preguntar cómo se toca y en lo personal soy una persona asequible porque me gusta mucho que los niños aprendan las cosas y así los he entusiasmado y me he ido contagiando con el interés de ellos para entregarle ese conocimiento”.
FULL MOTIVACIÓN
Este filántropo de nuevos arpitas locales recalca que esta labor lo tiene motivado, “los visito en sus casas para las clases y los hago participar en eventos y generar entrevistas en los medios”. Incluso, gestionó la participación en un evento nacional de arpistas infantiles, “Había diez cupos y tres de mis alumnos quedaron elegidos. Lo importante es que se motiven y sigan demostrando lo que han aprendido, de lo contrario se pierde lo avanzado, además que ellos tienen sus instrumentos propios y pueden ensayar en sus casas para en un tiempo poder tener tres nuevos arpista en Las Compañías”. Igualmente siente alegría que su hijo del mismo nombre siga sus pasos. “Hay mucha satisfacción porque tiene 11 años y ya tiene buena técnica, aunque debe seguirla perfeccionando y tiene montada 11 obras musicales y ha participado en tres actuaciones”, comenta sonriendo.
Ociel Ortiz, actualmente está próximo a cumplir 72 años y no pierde las esperanzas de recorrer nuevamente Europa, pero ahora con su hijo y recordar sus comienzos. “Vamos a ver si las fuerzas nos acompañan y cuando pase la pandemia, Europa es una puerta maravillosa para los artistas porque saben valorar el arte. Uno puede ver en las estaciones del metro a un concertista en violín, guitarra o arpa y eso es muy valorado por el público y en cualquier lugar”.